A
continuación les presento la conferencia del Periodista deportivo Leontxo García en el marco de las XL Olimpiadas
de Ajedrez que se disputan actualmente en Estambul cortesía de nuestro querido
amigo MN Pablo Acuña Monteverde de la Academia Amigos Ajedrecistas de
Anzoategui, quien gentilmente comparte este reportaje para deleite de los
ajedrecistas venezolanos. Tomado de la Web de David Kaufman “CHESS WEB”
Leontxo
García participó el año pasado en el 1er Festival de Ajedrez en Honor al MI “Wiston
Boada” realizado en la ciudad de Barquisimeto los días 26 y 27 de agosto evento
que fue organizado por la organización Ajedrez Vinotinto, donde dictó la
magistral conferencia “Un viaje por el
fascinante mundo del Ajedrez” en una sala repleta de ajedrecistas de todos los
Estados de Venezuela. Los organizadores le tributaron un cálido homenaje y
durante los dos días compartió con los participantes del torneo expresando que
repitan el festival este año y honren a otra figura del ajedrez nacional.
El
aclamado Periodista mundial Leontxo García estará presente en el ITT más grande
de América “Libertador Simón Bolívar” en la ciudad de San Cristóbal – Venezuela
del 25 al 30 de Septiembre de 2012. Será el comentarista oficial de las
partidas que se desarrollen en el magno evento de la Organización Ajedrez
Vinotinto.
David Kaufman
Desde que
empecé a adentrarme en el mundo del ajedrez ha habido unas pocas personas a las
cuales he admirado, una de las más importantes ha sido y es Leontxo García.
Leontxo ha estado siempre apoyando al ajedrez desde la raíz, es decir,
difundiendo el ajedrez, aportando muchísimo material de calidad, realizando
conferencias… Hoy, tengo el placer de presentaros una de sus conferencias más
importantes “Jaque al Alzheimer”, la cual ha expuesto en Estambul con resultado
más que satisfactorio.
Conferencia "Jaque al Alzheimer” por Leontxo
García.
Hay
indicios sólidos para afirmar que la práctica frecuente del ajedrez demora el
envejecimiento cerebral; y que, por tanto, podría ser útil para prevenir o
retrasar el Alzheimer. Ese hallazgo resulta especialmente importante cuando la
esperanza de vida no deja de aumentar en todo el mundo desarrollado, y el
cuidado de las personas mayores dependientes es un gran problema social y
económico. Si prevenir es mejor que curar, he aquí un argumento definitivo para
introducir el ajedrez masivamente en los colegios. “Lo primero que ataca el
Alzheimer es la memoria y la concentración”, leí hace unos tres años en varios
artículos y entrevistas. Y me dije: si esas dos funciones están entre las que
más desarrolla el ajedrez, aquí hay materia para una investigación muy
interesante. Además, ya empezaban a publicarse estudios que demostraban la
proporción inversa entre actividad mental y riesgo de padecer demencias seniles
(uno de los más contundentes, de Wilson y otros, se publicó en la revista
Neurology el 28 de mayo de 2008).
Fotografía de Leontxo García en una de sus muchas colaboraciones para ChessBase. |
Lo
primero que encontré fue muy estimulante para seguir trabajando: el estudio que
Verghese y otros realizaron con 469 personas mayores de 75 años en el Hospital
Albert Einstein de Nueva York, publicado en el New England Journal of Medicine
el 19 de junio de 2003.
Sus
autores no habían pensado previamente en el ajedrez de manera específica, pero
al analizar los datos se encontraron con algo muy significativo: quienes más
habían desarrollado su capacidad cognitiva durante el periodo experimental, y reducido
hasta un 75% el riesgo de sufrir Alzheimer, eran las personas que habían jugado al ajedrez y
al bridge, así como las que se habían dedicado a bailar con frecuencia (bailar
exige una buena coordinación entre la mente y el resto del cuerpo). Por detrás,
con peores resultados desde el punto de vista del deterioro cognitivo, estaban
quienes se dedicaron a –por este orden- tocar un instrumento musical, hacer
crucigramas, leer, pasear, nadar, cuidar niños, cuidar de la casa, escribir,
practicar deportes de equipo, participar en discusiones de grupo, subir
escaleras o andar en bicicleta.
El Alzheimer es una grave enfermedad que preocupa a una gran parte de la población mundial y que podría ser aminorado gracias al ajedrez. |
Por si
quedaba alguna duda, el Washington Post publicó ese mismo día un reportaje,
basado en testimonios del citado doctor Verghese y otros especialistas, bajo el
título: “Los juegos mentales pueden triunfar sobre el
Alzheimer. Un
estudio cita los efectos del bridge y el ajedrez”. Y Verghese era muy
contundente: “No está lejos el día en el que nuestro doctor nos recomendará una
partida de ajedrez y un crucigrama diario, además de hacer ejercicio físico y
mantener una alimentación sana”.
Además de realizar magníficos artículos, Leontxo García da conferencias por todo el mundo con el objetivo de que el ajedrez se introduzca en la vida de las personas, sobre todo en los colegios. |
Aún más
significativo fue un estudio terminado en 2008 en el Hospital Clínico de
Valencia (España), financiado por la Generalitat. Por desgracia (o, más
exactamente, por las miserias que suelen adornar la política en España y otros
países), en este caso no puedo citar ninguna revista científica porque el
estudio no se ha publicado todavía. Sin embargo, la neuropsicóloga Isabel de la
Fuente, uno de los doctores que realizaron el estudio, me dio los datos, de
enorme interés: participaron 120 personas; su edad estaba entre 55 y 87 años,
pero el 75% de ellas tenían entre 65 y 79. Se dividieron en dos grupos de 60
personas, casi todas principiantes en ajedrez; uno recibió clases de ajedrez de
hora y media semanal durante un año; el otro asistió a otros cursos, pero no de
ajedrez; ambos pasaron pruebas psicotécnicas antes, durante y después de los
cursos. En el grupo de nuevos ajedrecistas, el 65% vio aumentado su rendimiento
cognitivo; en el otro no hubo mejoría ¡en ningún caso!
Leontxo García comentando una partida durante un torneo. |
1) Quienes tenían mayores capacidades
espaciales antes de la prueba fueron precisamente quienes menos mejoraron;
2) Lo normal en la vejez es que el rendimiento cerebral baje cada año, y en este caso subió.
En casi todas las conferencias (muchas) que he dado durante los últimos tres años y en algunos artículos de prensa he lanzado la misma pregunta al público: ¿Alguien de quienes me escuchan (o leen) conoce a alguien que, habiendo sido ajedrecista frecuente, haya muerto por Alzheimer u otra demencia senil similar? Más de un millón de personas ha oído o leído esa pregunta, y sólo diez han contestado afirmativamente. Sí, ya sé que mi encuesta no se ha hecho con rigor científico, pero la diferencia entre esos diez, por un lado, y el 6% de la población francesa mayor de 65 años (o el 7% de la española) por el otro es tan enorme que no puede ser una casualidad.
2) Lo normal en la vejez es que el rendimiento cerebral baje cada año, y en este caso subió.
En casi todas las conferencias (muchas) que he dado durante los últimos tres años y en algunos artículos de prensa he lanzado la misma pregunta al público: ¿Alguien de quienes me escuchan (o leen) conoce a alguien que, habiendo sido ajedrecista frecuente, haya muerto por Alzheimer u otra demencia senil similar? Más de un millón de personas ha oído o leído esa pregunta, y sólo diez han contestado afirmativamente. Sí, ya sé que mi encuesta no se ha hecho con rigor científico, pero la diferencia entre esos diez, por un lado, y el 6% de la población francesa mayor de 65 años (o el 7% de la española) por el otro es tan enorme que no puede ser una casualidad.
La población mayor de 65 años, se
ha comprobado, que tiene miedo de padecer Alzheimer . Por este motivo sería
altamente beneficioso que este grupo de edad en particular, practicase
regularmente ajedrez.
Y aún hay
más: uno de esos diez casos, publicado en Neurocase el 25 de febrero de 2005,
es una prueba a favor del ajedrez, no en contra. Un ajedrecista británico
aficionado mostró ligeras pérdidas de memoria durante dos años, y su problema
fue diagnosticado entonces como “deterioro cognitivo leve”. Mantenía una vida
normal, autosuficiente, aunque tenía dificultades para seguir el sentido de una
conversación, repetía a veces las mismas ideas en poco tiempo y había perdido
capacidad para calcular variantes cuando jugaba una partida. A los siete meses
murió inesperadamente por una enfermedad totalmente ajena a lo anterior, y el
resultado de la autopsia fue asombroso: las abundantes placas de amiloide en su
cerebro indicaban que, en realidad, padecía un Alzheimer en fase muy avanzada.
La hipótesis es clara: el ajedrez tal vez no evite el Alzheimer, pero lo
retrasa durante años. He contrastado todos los datos anteriores con unos 250
neurólogos. La última experiencia con ellos, el espaldarazo definitivo, fue la
conferencia que di el pasado 3 de febrero a un congreso de 200 neurólogos en
Cádiz. Dos de sus directores, Santiago Cousido y Pablo Martínez Lage, me
hicieron sendas sugerencias interesantes:
1) Que los ajedrecistas donen su cerebro a la ciencia para que sus
autopsias permitan aclarar definitivamente los beneficios del ajedrez en el
envejecimiento cerebral;
2) Que se adhieran a estudios como el
que actualmente realiza la Fundación CITA Alzheimer, de San Sebastián, cuyos
voluntarios se hacen una punción lumbar periódica (con las técnicas modernas y
anestesia local es mucho menos dolorosa de lo que se ve en las películas) para
medir el nivel de amiloide en su cerebro.
Pie de
foto (de izquierda a derecha): Pablo Martínez-Lage, coordinador del Grupo de
Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, Santiago
Cousido,
neurólogo del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, y Miguel
Moya, también
neurólogo del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Asimismo, los tres son los
coordinadores del XVII Curso Nacional de Enfermedad de Alzheimer (CNEA). Texto y
fotos citados en la parte final del reportaje.
Hace un
par de años, el prestigioso doctor José Félix Martí Massó, jefe de Neurología del
Hospital Donostia, me invitó a una reunión con todo su equipo (unos 30
doctores, entre neurólogos, psicólogos, psiquiatras, epidemiólogos, etc.).
Expuse todos mis argumentos con detalles científicos, y después me sometí a una
dura ráfaga de preguntas. La conclusión fue muy positiva, como ahora explicaré,
pero hubo una clara advertencia previa:
“Demostrar científicamente, de modo irrefutable, que el ajedrez previene el
Alzheimer sería muy caro y muy largo (harían falta, por ejemplo, 5.000 personas
voluntarias durante cinco años), y además muy complicado desde el punto de
vista metodológico. Sobre todo, por el llamado ‘sesgo de autoselección’; es
decir, las personas con tendencia natural previa hacia los juegos mentales se
apuntarían voluntarias para jugar al ajedrez, pero quien no disfrute con el
ejercicio mental no lo haría, lo cual contaminaría el resultado”. A la
izquierda, fotografía del Dr. José Félix Martí Massó.
Sin
embargo, Martí Massó me hizo ver algo muy positivo y mucho más importante: “Has
acumulado indicios sólidos para afirmar que la práctica frecuente del ajedrez
retrasa el envejecimiento cerebral. Eso tiene una enorme importancia, porque la
esperanza de vida no deja de crecer en casi todos los países, y los gobiernos
están ya invirtiendo enormes cantidades de dinero en el cuidado de las personas
mayores que no se valen por sí mismas, que dependen de otras. Cuanto mejor sea
la salud física y mental de nuestros mayores, menos dinero público habrá que
invertir en ellos”.
Leontxo García también participa como comentarista
en torneos de élite.
Alguien
podrá aducir, y con razón, que el ajedrez no es la panacea universal ni la
curación de todos los males; como ya hemos visto, hay otras actividades
mentales que también son muy útiles para retrasar el envejecimiento cerebral.
Eso es cierto, pero también lo es que el ajedrez cuenta con muchas ventajas.
Para empezar, es un juego, cuyas reglas básicas se aprenden en pocas horas.
Supongamos que el Gobierno español promueve el estudio del idioma japonés, cuya
enorme dificultad lo hace probablemente muy adecuado para estimular la potencia
cognitiva; es casi seguro que esa campaña será un fracaso porque pocos
españoles querrán estudiar japonés; en cambio, una campaña para que millones de
niños españoles jueguen al ajedrez tendría muchas más probabilidades de éxito.
Leontxo García y GM Anatoly Karpov |
Ahí van diez razones para apoyar el ajedrez:
1)
Desarrolla la inteligencia a cualquier edad, y sobre todo la de los niños.
2)
Retrasa el deterioro cognitivo.
3) Ha
sido muy útil en varios usos sociales (cárceles, drogadictos, niños
superdotados, hiperactivos o autistas, etc.).
4) Es el
único deporte que puede practicarse por Internet.
5) Es
universal (no tiene edad, y hay 170 países afiliados a la FIDE).
6) Es
barato.
7) Da
buena imagen (ligada a la inteligencia) a quien lo patrocina.
8) Tiene
más de quince siglos, como mínimo, de historia documentada.
9)
Conexiones con el arte y la ciencia muy interesantes.
10)
Produce personajes fascinantes.
Termino
con otra experiencia personal que me parece muy significativa. Cuando comento
torneos para los espectadores en sitios públicos (como la Final de Maestros del
Grand Slam en Bilbao), suelo alternar los comentarios técnicos de las partidas
con otros sobre cualquier aspecto relacionado con el ajedrez. Y con mucha
frecuencia veo muchos de quienes me escuchan no entienden nada de ajedrez, pero
están muy interesados en todo lo explicado en este artículo; entre otras
razones, porque las personas mayores están asustadas ante el creciente número
de casos de Alzheimer.
Leontxo García durante el transcurso de la Final de
Maestro del Grand Slam en Bilbao 2009.
Hasta
ahora, el gran agujero negro del ajedrez ha sido la mercadotecnia: tenemos un
producto magnífico que hemos vendido muy mal. Sin embargo, nunca hemos tenido
argumentos tan poderosos como ahora para venderlo bien y lograr que el ajedrez
sea crecientemente popular, como augura Jacques Attali –prestigioso intelectual
francés, asesor del presidente Sarkozy- en su libro Dictionarie du XXIe siècle.
De nosotros depende.
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